domingo, 29 de noviembre de 2009

SÍNTESIS HISTÓRICA


Antonio García Sanz.


1. SU HISTORIA
2. SU ESCUDO
3. SU NOMBRE
4. SUS HABITANTES
5. SUS MONUMENTOS
6. SUS PLATOS TÍPICOS
7. SU ARTESANÍA
8. SUS FIESTAS


SU HISTORIA

En principio Jabalquinto fue una torre musulmana cuyo objetivo primordial atendía a una doble finalidad: controlar y defender el vado del Gualdalquivir.
El cinco de noviembre de 1009 tuvo lugar dentro de lo que es hoy el término rural de Jabalquinto, la batalla de Quantix, relatada en la famosa crónica del condestable Lucas de Iranzo. El conde don Sancho, haciendo prodigios de valor, venció al caudillo Almadí, quedando en el campo de batalla, según el cronista unos 20.000 muertos. Probablemente la cifra no sería real puesto que para dar importancia a los hechos, el autor la debió aumentar conscientemente.
Los cristianos se instalaron en la zona y construyeron un castillo que en la actualidad no existe.
Según el historiador local Mateo Francisco de Rivas y Soriano, al tiempo de la fundación de Jabalquinto, existían dos poblados musulmanes: Estiviel y Ventosilla, cuya población acabaría desapareciendo, coincidiendo con el final del reinado de Alfonso XI. Posteriormente se realizó una nueva puebla que se debió a Día Sánchez de Biedma (1347).
A principios del siglo XVI apenas vivían en Jabalquinto 30 familias. En el siglo siguiente el número de familias aumentó a unas 150. Alcanzó su punto álgido en los primeros años del siglo XVII con aproximadamente 300 familias, no dejando de perder población a lo largo de la segunda mitad del mismo siglo.
Los años cuarenta, cincuenta y ochenta del siglo XVII fueron de una gran mortandad en el pueblo disminuyendo el número de sus habitantes.
El primer paso en la constitución del señorío de Jabalquinto, lo dio Día Sánchez de Benavides en 1406 al otorgar su testamento el cual cedía los bienes de su mayorazgo a su hijo primogénito, Men Rodríguez de Benavides, dejando los bienes libres (Jabalquinto, Espeluy, Estiviel, Ventosilla y Roda de Mengibar) a sus otros dos hijos, Gómez y Manuel. Siete años más tarde modificó el testamento, al entregar a Gómez los lugares de Mota y Valdematilla, con lo cual, Manuel, el hijo tercero, podría pretender formar un patrimonio independiente a partir de los bienes libres sobredichos.
La última marquesa de Jabalquinto fue María Josefa Alfonso Pimentel que detentó el señorío gran número de años (1763- 1834). Había casado con el noveno duque de Osuna, por lo que, tras este último año, las posesiones de Benavente pasaron a su primogénito; sin embargo, el marquesado de Jabalquinto se adquibrió al hijo segundo, Pedro Alcántara, que recibió los títulos de principe de Anglona y marqués de Jabalquinto.

SU ESCUDO

Cuartelado en cruz y coronado de corona real cerrada. Un castillo de oro sobre campo de gules, barras de gules y oro, tres ondas de azur sobre plata y caudillo árabe encadenado forman el escudo de la villa de Jabalquinto.


SU NOMBRE

Procede del Árabe y del Latín. Se trata de una palabra compuesta. La primera “Jabal” procede del árabe y significa monte y la segunda “Quantix” es el genitivo latino del nombre propio Quinto. Por tanto el nombre originario sería Jabalquantix cuyo significado es “Monte de Quinto”. Reforzaremos esta teoría con el significado de “Monte de Tariq” o “Gibraltar”.

SUS HABITANTES

El número de habitantes que en la actualidad figuran en el padrón de habitantes es de 2750. El gentilicio: Jabalquinteños y su superficie 73 kilómetros cuadrados.

SUS MONUMENTOS

La ermita

La Ermita de nuestra Señora de las Mercedes y san Juan Bautista fue construida por orden de la Sra. Marquesa Doña Catalina de Rojas y Sandoval en el año de mil seiscientos treinta y cinco. Este pequeño edificio religioso de estilo conventual, está situado extramuros de la antigua villa. Hoy, esta Ermita se encuentra desacralizada y acondicionada para vivienda, aunque no habitada. Su fábrica, de sillar, presenta una planta rectangular y un tejado construido a dos aguas. En el centro superior de la fachada, la espadaña, muy sencilla, conteniendo un solo vano y un frontón rectangular.

El palacio

El palacio de los Benavides fue construido entre los siglos XVI y XVII dentro del castillo o fortaleza medieval. En el siglo XIX se acometieron algunas obras que no afectaron a la totalidad del edificio. Fueron modificados los vanos y el balcón, así como el portalón de la entrada. La planta de este noble edificio es de forma rectangular. La parte posterior estaba ocupada por un jardín con su huerto. Recientemente restaurado, se ha convertido posiblemente, en uno de los más amplios y bellos ayuntamientos de Andalucía.

La iglesia de la Encarnación.

Este templo parroquial es de unas dimensiones no muy exageradas. Se pueden distinguir dos fábricas y dos momentos constructivos distantes en el tiempo. La primera de 1577 y la segunda de 1866.
La portada, enmarcada por dos grandes contrafuertes, está compuesta de un gran arco trasdosado, de medio punto, con clave resaltada, que lleva la inscripción: “Dedicatio conceptionis”. El arco queda flanqueado por dos columnas corintias acanaladas y en su mitad inferior bastones alternantes. Las columnas reposan sobre grandes basamentos; sobre ellas corre un entablamento con friso liso y jarroncitos sobre pedestales a los lados.
La portada la engalana un gran medallón de María Madre, sedente, con Jesús en su regazo.
Por su estilo, recuerda diseños de la escuela de Andrés de Vandelvira.


SUS PLATOS TÍPICOS

Como en toda la provincia y en Andalucía, los jabalquinteños han sabido a lo largo de la historia y aún saben comer como nadie, gracias a los productos y a la imaginación de quienes los tratan y elaboran. Podríamos enumerar un sin fin de platos que aún se siguen cocinando en los fogones de las cocinas jabalquinteñas. Mencionemos sólo los de más tradición culinaria:

- Andrajos o guiñapos
- Borrachuelos
- Huevos moles
- Tortillas de harina
- Magdalenas caseras

ARTESANÍA

Desgraciadamente no quedan vestigios de la labor artesana de nuestros antepasados.
Un par de personas mayores aún elaboran algunos objetos de esparto, por encargo, relacionados fundamentalmente con la agricultura, aunque en realidad ya no se utilizan: capachas, cestas, zapatillas…

PRINCIPALES FIESTAS

Las nuevas formas de convivencia han dado lugar en Jabalquinto como en la mayoría de los pueblos a que muchas fiestas que favorecían la relación íntervecinal hayan ido desapareciendo. Jabalquinto es un pueblo que siempre se ha distinguido por su alegría, por su buena acogida y por la participación ciudadana en los eventos más importantes.
Aún podemos ver al llegar los primeros calores del verano a algunas viejecitas tomando el fresco a la puerta de su casa, pero no podemos disfrutar ya aquellas carreras de caballos en el lugar del llano. Pocas son también las lumbres de San Antón, San Blas o la Candelaria que iluminan y calientan a calles y vecinos del pueblo. Tampoco los mozos y mozas juegan a la rueda como antaño.
La Semana Santa jabalquinteña, sin embargo, no ha dejado de crecer, aunque conserva, afortunadamente, sus señas de identidad : Pregones litúrgicos de Viernes Santo, Saetas desde los balcones y procesiones, plenas de sentir y devoción.
Oficialmente contamos en el pueblo con tres fiestas o eventos populares más o menos organizados desde las instituciones, junto a otras fiestas, menos señaladas, diseminadas a lo largo del calendario anual:

- Fiesta en honor de Ntro. Padre Jesús Nazareno. 26 de Julio.
- Romería de San Isidro. 15 de Mayo.
- Fiesta del Emigrante. Sin fecha fija en el mes de Noviembre.



BIOGRAFÍA:


- “Jabalquinto una pausa en la historia”. S.P. La realidad socio escolar en Jabalquinto.1992. Ceip Ntro. Padre Jesús.
- “Historia del Señorío y villa de Jabalquinto”. Pedro A. Porras Arboledas. 1993. Exma. Diputación Provincial de Jaén y auspiciada su edición por el Exmo. Ayuntamiento de Jabalquinto.
- “Memoria histórica sobre la villa de Jabalquinto, reino de Jaén”. Recogida por el mismo. Mateo Francisco de Rivas y Soriano. 1816. Manuscrito.
- Profesor, Ruiz Caliente. Diario Jaén

sábado, 30 de mayo de 2009

LA ERMITA DE LA CARRERA


Antonio García Sanz.



La Ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes y San Juan Bautista, es conocida popularmente como “La Ermita de la Carrera” por haber sido construida en este enclave, antiguo paseo público (Carrer) de la localidad.

Fue construida por orden de la Sra. marquesa Dña. Catalina de Rojas y Sandoval, esposa de Manuel de Benavides III, nieta del Marqués de Denia y sobrina del que fuera obispo de Jaén y Arzobispo de Toledo, D. Baltasar Moscoso y Sandoval (1589-1665).

Este sencillo edificio religioso, hoy, en un estado de conservación deficiente, “fue bendecido por el licenciado D. Francisco de la Fuente y Bergara, prior de La Encarnación, el cinco de julio de 1637, en virtud de facultad concedida por D. Baltasar Moscoso y Sandoval” que en este tiempo confió las obras de la Catedral de Jaén al arquitecto Juan de Aranda y Salazar, de Castillo de Locubí. El citado prior, nombró mayordomo de la fábrica de la Ermita a Diego de la Guardia, vecino de la villa, el 29 de noviembre del mismo año.

“En 1722 se le añadió media naranja para la devota imagen de Ntra. Sra. de las Mercedes, remitida al efecto por D. Antonio Alfonso Pimentel, XI Conde de Benavente, y en el de 1779 un camarín, adonde se trasladó desde la parroquia la divina y milagrosa efigie de Jesús Nazareno, estándolo en el cuerpo o nave de la misma, la de San Antonio Abad, San Juan Bautista y San Marcos, traído éste de su ermita, a quienes entre año se hacen fiestas y rogaciones públicas, con lo que está siempre el santuario muy concurrido”.

De los bienes de la Ermita se conserva un inventario fechado el 17 de noviembre de 1796, encontrado en el archivo parroquial de la Encarnación en el año 1989. En él se enumeran todas las imágenes mencionadas por Mateo Francisco de Rivas y Soriano en su conocida “Memoria Histórica sobre Jabalquinto Reino de Jaén”, de cuyo texto se ha extraído el párrafo anterior.

En el inventario se puede leer también lo siguiente: “Se trajo la corona nueva de Nuestro Padre Jesús, con sus adornos y sus tres potencias, que pesa diez y siete onzas y media. La ha costeado Fernando Troyano por devoción y ofrenda que tenía hecha, habiendo fundido y aprovechándose para ello la corona vieja, cuya plata era tan inferior, que sólo le pagaron 12 reales. Se hizo con mi intervención”; manuscribe el que fuera entonces prior, Dr. D. Francisco Jerónimo Retana.

Este templo se vio gravemente afectado por el famoso terremoto de Lisboa ocurrido a las 9h y 20´ del día de “Todos los Santos” de 1755, que “ocasionó el hundimiento de su techo y de su suelo" por lo que sería devuelta al templo la imagen de Ntro. Padre Jesús, donde permanece en la actualidad como patrón de todos los jabalquinteños. El Mº. D. Felipe de Molina y Cabrera, 24º prior, natural de Baeza, fallecido en Jabalquinto el 25 de febrero de 1803 y enterrado en la iglesia parroquial de esta villa, hubo de acometer las necesarias obras de rehabilitación del templo.

En su interior se dio cristiana sepultura, en lugar distinguido, a los sacerdotes D. Blas de Ávila y D. Juan Ramón Conejero en 1814 y 1829, según se puede leer en el documento del archivo parroquial: “Serie cronológica de los Priores de la Iglesia Parroquial de Jabalquinto desde la creación de su curato en Beneficio. 1665-1955”.

Esta ermita, de reducidas proporciones, situada extramuros de la antigua villa, está rodeada de una cerca de piedra de unos tres metros de altura, construida en 1820, siendo párroco D. Francisco Hernández y Villa Sansón.

Siguiendo al profesor Ruiz Calvente en su artículo publicado en “Diario Jaén”, esta ermita es de estilo conventual, propio de la época, y presenta una fábrica de planta rectangular con el tejado construido a dos aguas.
Los estilos conventuales incluían frecuentemente un atrio frente a la puerta de entrada al templo y una cruz de piedra en las inmediaciones. Es bastante probable que “La Cruz de la Carrera”, retirada desafortunadamente de este entorno en la década de los setenta, formara parte de este conjunto artístico religioso.

La fachada se compone de una puerta con arco de medio punto, incluyendo una clave en forma de trapecio que resalta sobre el arco.

Alberga una pequeña cornisa sobre la que se centra un óculo y a ambos lados de este, destacan un par de piezas de sillar de forma rectangular.

En el centro superior de la fachada, una sencilla espadaña de un solo vano de medio punto y un frontón triangular.

En la actualidad se encuentra desacralizada y acondicionada como vivienda, aunque no habitada.

De no actuar de inmediato sobre este emblemático edificio, centinela secular de gentes, ríos, pueblos y caminos, perderemos sin sentido ni razón una buena parte de nuestras señas de identidad.


BIBLIOGRAFÍA:


1) Memoria Histórica sobre Jabalquinto Reino de Jaén. Mateo Francisco de Rivas y Soriano. 1816.
2) Archivo Parroquial de Jabalquinto.(APJ). Documentos varios.
3) Diario Jaén. Ruiz Calvente.

jueves, 2 de abril de 2009

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO


Antonio García Sanz.

Introducción

Hace tiempo que sentía la necesidad de llenar el vacío histórico de la sagrada y venerada imagen de Jesús Nazareno. Desde entonces vengo recopilando datos de distintos archivos y también, de muchas personas amigas que me han ayudado en tal propósito. Pretendo, ante todo, que cada jabalquinteño, donde quiera que esté, pueda decir algo más que: ¡Qué hermoso es!.

En honor a la verdad y a pesar de todo, no son demasiado abundantes las referencias localizadas pero si suficientes para atreverme a iniciar lo que un día me propusiera.

La imagen
En una pequeña capilla de la parroquia de Ntra. Sra. de la Encarnación de nuestra localidad se erige, majestuosa, la bella imagen del Hijo de Dios cargando la pesada cruz sobre su hombro. Su rostro, transido de dolor, muestra la generosidad, la entrega y el amor a la humanidad entera puesto de manifiesto en la Pasión. Sus manos, que sostienen el madero, parecen regalar el abrazo a todos cuantos, afligidos, se acercan a Él en busca de consuelo. Una sencilla túnica, hasta los pies, deja entrever el duro y lento caminar hacia el calvario.

Se trata de una talla completa realizada en madera, de vestir, brazos articulados y cabellera al natural que a lo largo de su historia ha sufrido por diversas causas varios procesos de restauración pero que a pesar de ello sigue conservando los rasgos característicos que nos autorizan a decir que es el nuestro, el de siempre.
Desgraciadamente se desconoce el autor; sin embargo y a la luz de su análisis artístico, bien podría tratarse de un trabajo procedente del taller de los hermanos Mora (Escuela Granadina del siglo XVII), o tal vez de alguno de sus discípulos. (Comisión de arte del obispado de Jaén). Recientemente, en un artículo publicado en la revista “Arte sacro”, Fray Juan Dobado Fernández, lo vincula a Alonso de Mena, también de la Escuela Granadina.

Su historia

No conocemos el motivo, ni tampoco la fecha concreta en que Nuestro Padre Jesús Nazareno llegó a nuestro pueblo. Sin embargo se sabe que en principio se veneró en “la parroquia de la Concepción, hoy de la Encarnación y en otro tiempo de Santa María”.(Atlante español. Bernardo Espinalt.) De ahí y posiblemente por el capricho de algún marqués o marquesa fue trasladado hasta la Ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes y San Juan Bautista, justificándose así que durante algún tiempo se la conociera también como: “La Ermita de Jesús”.

Mateo Francisco de Rivas y Soriano, historiador local, a propósito de ello, escribió en 1.797: “En 1.779 se construyó un camarín adonde se trasladó desde la parroquia la divina y milagrosa efigie de Jesús Nazareno”.

De los bienes de dicha Ermita se conserva un inventario, sin fechar, del cual reproducimos a continuación sólo lo referente al asunto que nos ocupa.


"Inventario de los bienes de la cofradía de Jesús Nazareno, ropa de vestir de la sagrada imagen".

411.- Una corona de plata de lujo de Jesús Nazareno, con piedra y adornos de lo mismo que pesa ocho onzas menos cuarta.

412.- Una media cruz que le sirve en el nicho.

413.- Una cruz grande con su tornillo que sirve a Jesús en las andas.

414.- Unas andas con cuatro estantes y sus tornillos correspondientes.

415.- Una mesa de pino para poner al santo en las andas.

416.- Un estandarte morado, con su lámina, astil de madera y cruz de lo mismo, que guardan los hermanos que tiene la hermandad, casa del hermano mayor, con la cera correspondiente.

417.- Dos túnicas blancas de lienzo delgado con sus encajes.

418.- Una túnica de terciopelo morado, guarnecida de oro falso, con cordones de oro falso; vieja.

419.- Otra túnica de terciopelo morado, nueva, guarnecida de oro falso, formado en lunas, aplomado con cordones y anoncillo de oro fino.

420.- Una cabellera nueva.

421.- Otra cabellera puesta.

422.- Un cirineo de hierro para la cruz en las andas.

423.- Una imagen de Jesús Nazareno de cuerpo entero, de vestir, que se halla en el camarín.


“El 17 de noviembre de 1.796 se trajo la corona nueva de Ntro. Padre Jesús con adornos y tres potencias, toda fina que pesa diez y siete onzas y media. La ha costeado Fernando Troyano por devoción y ofrenda que tenía hecha; habiendo fundido y aprovechándose para ello la corona vieja cuya plata era tan inferior que sólo le pagaron doce reales. Se hizo todo con mi intervención”, redacta el cura ecónomo Dr. D. Francisco Jerónimo Retana, 25º prior de esta villa. Este templo se vio gravemente afectado por el famoso terremoto de fines del XVIII que hundió su techo y su suelo por lo cual la milagrosa imagen de Ntro. Padre Jesús fue devuelta a la parroquia, donde permanece en la actualidad. No se tienen noticias de que la imagen se viera afectada en el derrumbamiento. Muy posiblemente al encontrarse alojada dentro del Camarín, construido apenas unos años antes, no sufriera desperfecto alguno.

Desconocemos desde cuando, “Jesús”, como todos le llamamos con cariño, es el patrón de todos los jabalquinteños; sin embargo disponemos de algunos datos indicativos del fervor que el pueblo le ha profesado desde siempre.

El traslado a la ermita y la consecuente afluencia de fieles que según Mateo Francisco de Rivas y Soriano se observa a partir de esa fecha parece avalar la teoría de que para los jabalquinteños se trataba de mucho más que una devota imagen.

Algunos hemos oído hablar y otros han vivido a su lado momentos dignos de ser mencionados para su conocimiento. Por ello me atrevo a reproducir un manuscrito de un jabalquinteño que vivió la siguiente experiencia, si bien por deseo expreso de la familia que gentilmente lo facilitó, no mencionaremos su nombre pero sí nuestro profundo agradecimiento.

Rogativas

Jabalquinto día 5 de marzo de 1.931

“En muchos pueblos andaluces, se ha pedido clemencia al cielo mediante fervorosas rogativas, sacando procesionalmente las imágenes a fin de lograr que termine esta pertinaz sequía que les aterra con el fantasma del hambre; teniendo en paro forzoso a tantos padres de familia, y en perspectiva, la pérdida de una segunda cosecha que con seguridad vendría a ser, tal calamidad, el broche de una verdadera catástrofe.

Jabalquinto, como pueblo andaluz participa también de tan temida amenaza, y como pueblo católico y creyente en la omnipotencia divina; en estos momentos de tribulación llama en auxilio a su amantísimo Padre, a su Padre Jesús Nazareno con esas fe viva y esa esperanza tan grande con que todo hijo sabe pedir, llamando a la bondad de su padre remedio para sus males.

Hace meses que los campos no han recibido el influjo beneficioso de la lluvia. Los obreros se encuentran parados. Las siembras amenazan con secarse y la segunda cosecha se ve próxima a perderse por completo.

El pueblo, poseído del más doloroso espanto. Pero es un pueblo cristiano y como tal, amantísimo de la sagrada imagen de Jesús Nazareno; cuyos habitantes todos se llenan de gozo al llamarle Nuestro Padre Jesús; y a El impetran el auxilio de la divina gracia en estos momentos de dolor, organizando una procesión de rogativas el pasado día cinco, sacando la sagrada imagen en cuya procesión, la Iglesia y autoridades locales se ven seguidas del pueblo en masa, con sus cuatro escuelas nacionales, con más de trescientos niños y niñas al lado de sus profesores y cofradía existente, recorriendo las afueras del pueblo, llamadas el llano y las erillas, recogiéndose en el templo ya bien entrada la noche, cuando había salido del mismo a las cuatro y media de la tarde.

Durante el trayecto, se cantan por centenares de voces, cánticos de alabanza al Señor, pidiendo misericordia y las lluvias beneficiosas para tanto sembrado.

Ya casi agotados, viéndose lágrimas furtivas en el semblante de muchos hombres y madres de familia, que al paso de tan adorada imagen de Nuestro Padre Jesús le imploran con todo su corazón remedio para sus inocentes hijos, amenazados por el ya referido fantasma del hambre.

Han pasado algunas horas, y esa misma noche del día cinco, a las dos de la madrugada empezó a llover, terminando la pertinaz sequía, sostenida por tantos meses, trayendo el júbilo a todos los corazones.

A esta hora intespectiva, notáronlo algunas personas trasnochadoras que seguidamente se decidieron a pedir el permiso a nuestro párroco, don Genaro Medina para voltear las campanas de la parroquia, y el pueblo al oírlas se lanza a la calle para acudir al templo, que se llena por completo de personal en alabanza a Dios y dando entusiastas vivas a Nuestro Padre Jesús.

Por todas las calles, hombres, mujeres y niños, todos llenos de júbilo por la lluvia que ya riega los campos, se dirigen a la iglesia entre las dos y tres de la madrugada, registrándose escenas de sincera veneración y verdadero cariño popular hacia Jesús. Y allí permanece el pueblo hasta las seis de la mañana en que se celebra una solemne fiesta en acción de gracias precedida de gran número de confesiones, dándose la comunión por nuestro párroco que pronunció una sentida y fervorosa súplica a Nuestro Padre Jesús pidiéndole que siempre conceda a este pueblo remedio en sus aflicciones.

Ya entrado el día que parecía algo despejado, muchos labradores salieron al campo para el trabajo, pero sólo sirvió tal salida para que por todo el término rural de Jabalquinto se oyeran los vivas a Jesús, que proferían dichos trabajadores unos a otros. Al ver que la lluvia arreciaba retornaron al pueblo, entrando todos mojados hasta más no poder, pero con el mayor entusiasmo.”

La cofradía

De los antecedentes históricos de la cofradía, se poseen algunos datos bastantes interesantes, a mi parecer, que conviene destacar en este apartado:
“En 1.773, habían fundadas por la piedad de los fieles tres hermandades sin aprobación y en uso, las cuales son las de Jesús Nazareno, Soledad de María Santísima y San Juan Evangelista, que observan el propio gobierno de otras” que si estaban aprobadas por la autoridad eclesiástica. "Y sacan la primera procesión del Viernes Santo por la mañana, la segunda la de la tarde y la tercera la del Domingo de Pascua de Resurrección, habiendo sacado también la suya la de la Veracruz el jueves de antemano.”
En 1.777 pleitean las cofradías de la Veracruz y la de Jesús Nazareno por sacar la procesión del Resucitado.

El veintitrés de marzo del mismo año, se celebra concordia entre dichas cofradías en relación con el derecho de sacar la mencionada procesión, sobre lo cual habían mantenido diferencias en los últimos años.

Se le dio salida a este conflicto sacando la procesión ambas cofradías en años alternos.

De esta fecha a nuestros días no poseemos, de momento, datos de importancia, aunque es conveniente mencionar que el día veinticuatro de julio de 1.995 fueron aprobados los estatutos de la actual cofradía por el obispo de la diócesis D. Santiago García Aracil.

Liturgia

Conocidos son por todos los jabalquinteños y por muchos vecinos de los pueblos de la comarca, los tradicionales pregones litúrgicos que teniendo como referente las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores se celebran años tras año, desde hace más de tres siglos, en el templo de la Encarnación de nuestra localidad, en la madrugada de Viernes Santo.

Se trata de varios romances, redondillas y silvas que incluyen en el texto el relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Es más que probable que se comenzaran a interpretar en el siglo XVII, ya que son de los de tipo “Artístico”, compuestos a mediados de este siglo.

En este acto litúrgico se intercala el tradicional “Sermón de la Madrugada”, hace siglos conocido también como “Sermón de Tercia”, del cual se escribió hace dos siglos lo siguiente: “Las gentes están separadas, y los hombres cuando hay sermón se sientan los unos en bancos y los otros, que son los más, en los extremos recogidos de sus capas para estar algo elevados”.

Mención especial merece el pregón de “El Paso” que interpretándose y escenificándose a las puertas del templo, hacia el mediodía , es seguido año tras año por cientos de devotos y curiosos que vienen de muchos lugares..

María Santísima se arrodilla, se acerca, abraza y despide a su Hijo antes de su Crucifixión.

Jesús clava su mirada amorosa en su afligida Madre y en sus hermanos mientras bendice a todos y se retira para dar fin a su Pasión.

La fiesta en honor de nuestro patrón se celebra en la actualidad el día veintiséis de julio, con su fiesta religiosa por la mañana y la procesión al caer la tarde, aunque hace ahora medio siglo, se celebraba a finales del mes de mayo. Parece ser que el cambio de fecha se verificó para que pudieran participar y disfrutar de ella, los jornaleros, que por aquella época del año segaban, acarreaban, sacaban y almacenaban el grano en los graneros.

Anecdotario

Según se ha podido escuchar de labios de nuestros antepasados, en una ocasión llegaron al pueblo, en las postrimerías del siglo XIX, unos tratantes de ganado que después de haber visitado el templo y orado ante los pies del Nazareno, pretendieron cambiar la imagen por otra de parecidas características.

La voz se corrió entre el vecindario que acudió aturdido al lugar invitándolos gentilmente a abandonar cuanto antes la localidad, no sin antes recordarles la conveniencia de no volver jamás.

PREGONES LITÚRGICOS DE JABALQUINTO

Existen en Jabalquinto desde tiempo inmemorial, unos pregones que se interpretan en Semana Santa y que bien merecen, al menos, ser escuchados en alguna ocasión.

De su origen habla con autoridad Dª Encarnación Sánchez García en su obra: “Los Pregones y el Paso de Jabalquinto: de las pasiones medievales al teatro del siglo de oro”.

Se trata de varios romances, redondillas y silvas que incluyen en su texto, el relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Se cree que se cantaron por vez primera en el siglo XVII.
Por la importancia que tienen, hagamos mención al contenido de estos.

Primer pregón de Viernes Santo
Narra la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, el día en que instituyó la Eucaristía.

De forma sencilla y trágica a la vez describe con nitidez, el camino de Jesús con la cruz a cuestas hacia el Monte Calvario.

Cuenta el dolor y la amargura de las “Tres Marías”, al pie de la cruz.
Se trata de un romance de los de tipo “Artístico” de mediados del siglo XVI o comienzos del XVII.

Tiene treinta y cuatro versos, que riman en asonante los pares, quedando libres los impares.

Este romance, es de los compuestos por los llamados poetas cultos, los cuales, aplicaban el metro octosílabo.

Una noche en la Pasión
antes de la madrugada
el Hijo de Dios Eterno
Un convite celebraba.
El convite era del cielo
que el Padre Eterno ordenaba.
Mandó recoger urgente
y a sus discípulos llama
y ya que los vio tos juntos
De esta manera les habla:
¿Quién de vosotros amigos,
morirá por mi mañana?.
Unos a otros se miran
ninguno respuesta daba
sino que San Juan Bautista
que predicó en la montaña.
A mi buen Jesús lo llevan
por una calle muy larga
con dos cordeles al cuello
donde los judíos tiraban
cada vez que tiran de El
mi buen Jesús se desmaya.
No desmayes buen Jesús
que ésta será la jornada
que allá en el Monte Calvario
las tres marías te aguardan
una es la Magdalena
y otra la Santa María.
Una le limpia los pies
otra le limpia la cara
la otra recoge sangre
la que más dolor mostraba.

Segundo pregón de Viernes Santo

Nada más comenzar, el anónimo autor, nos hace una presentación del “Reo”, del “Redentor”, de la “Eterna Sabiduría”, para seguir con una narración que describe la necesaria muerte del Hijo de Dios y de María.

Continúa con la amargura de Jesús en el “Huerto de los Olivos” y termina con unas palabras de ánimo al “Dulce Dueño” y “Fino Amante”.

Cuarenta versos contiene este segundo pregón.
Se trata de diez redondillas unidas y su origen data del siglo XVI.
Rima el primero con el cuarto y el segundo con el tercero.

El prendor del Padre Eterno
y eterna Sabiduría
Jesús, Hijo de María,
Rey del cielo, tierra e infierno.

Ya sabes Rey Soberano,
que es la Excelsa Trinidad,
para darle libertad
a todo el genero humano.

Decretó que descendiera
y carne humana tomara,
con los hombres conversará,
y que por ellos muriera.

Por ti fue el hombre creado,
y Tu fuiste el fiador,
pues considera Señor,
a lo que estás obligado.

Ya que el plazo se ha cumplido
y ahí está la redención,
da principio a tu Pasión,
para pagar lo debido.

Mira que las justas almas,
que dentro del Limbo habitan,
con suspiros solicitan,
del cielo tener la palma.

Abre las puertas del cielo,
con las llaves de esa cruz,
gocen de la eterna luz,
los que estén con desconsuelo.

Ese Cáliz de amargura,
Expreso le ha de gustar,
con él ha de remediar
a las humanas criaturas.

No temas el padecer,
no rehuses el morir,
que si el hombre ha de vivir,
padeciendo Tú ha de ser.

Entra en batalla animoso,
Dulce Dueño y Fino Amante,
Resucitarás triunfante,
Entrando en él tan glorioso.

Tercer pregón de Viernes Santo

Treinta y dos son los versos que utiliza el anónimo autor para poner en boca de Poncio Pilatos los cargos y la sentencia que llevan a la muerte a Jesús el Nazareno.
Explica cómo ha de cumplirse esta primera sentencia del Cesar Marcos Cornelio.
Parece tratarse de una silva, que a causa de su transmisión oral se haya ido deteriorando.

Yo, Poncio Pilatos, que presido,
la Inferior Galilea y su Partido,
por el Sacro, Real, Romano Imperio:
juzgo, sentencio y condeno
a muerte afrentosa de cruz
a Jesús el Nazareno.
Porque quiere hacerse rey,
El hijo del carpintero.
Porque niega los tributos
de vuestro César Tiberio.
También pretende le aclamen,
Hijo de Dios verdadero.
Predica falsa doctrina
y dice por cosa cierta,
que ha de derribar el templo,
y que sólo entres días
ha de edificarlo nuevo.
Así entró en Jerusalén
con la aclamación del pueblo.
Por tanto Marcos Cornelio,
su primera sentencia manda,
que lo lleven por la calle,
atado ligado y preso,
con su propia cruz al hombro,
hasta llegar al Calvario,
y en medio de dos ladrones,
que con El van sentenciados,
donde su cruz enclavados,
afrentosamente muera,
pagando así por su vida,
el delito y el pecado.
Pues quien tal hizo que tal pague.

Cuarto pregón de Viernes Santo

Es el más corto de todos los pregones y además el último que se interpreta en la madrugada del Viernes Santo; el que precede la salida de Jesús del templo, seguido de su Madre María.

Sólo tiene veintiún versos. En ellos el autor se compadece de Jesús “Sabiduría” y “Hermosísimo Hijo de María”, por haber sido sentenciado, arrastrado y escupido. Termina haciéndose eco de la voluntariedad en la muerte de Jesús.
Se trata de una silva, versos endecasílabos y heptasílabos que riman a gusto del poeta; el mismo incluye un verso suelto.

Esta es la sentencia irrevocable,
el arcano de Dios indisputable.
Cumplida la más cándida sentencia.
Mandó el justo juez al Padre Eterno,
no estorbando el presunto amor paterno.
Que su Hijo Jesús, Sabiduría,
Hermosísimo Hijo de María,
a muerte de cruz sea sentenciado,
azotado y de espinas coronado,
y del ingrato pueblo encarnecido,
arrastrado y escupido.
viendo a su Madre Dolorosa,
afligida y llorosa.
y que esté vivo y pendiente,
desnudo y avergonzado el inocente.
Mandan que sea puesto en un madero,
el Mansísimo Cordero.
Y que lleve la cruz hasta el Calvario,
caminando a la muerte voluntario.
Manda que expire Cristo, eterna luz,
y que su vida de la Santa Cruz .

Pregón de la Soledad

Nos conmueve el corazón María en este pregón, al mencionar su desventura, su desamparo, su soledad, tras la muerte de Jesús. Le recuerda que debe visitarla en el Cielo y que le abra sus puertas después de su resurrección.

Los veinticuatro versos que contiene este pregón tienen idéntica estructura que el primero de la madrugada. Se trata pues de un romance, en el cual riman en asonante los pares. Su origen se fecha entre el siglo XVI y XVII.

Hay todavía otro pregón que no se ha podido recuperar y que se cantaba la tarde de Jueves Santo, después de la celebración de la Eucaristía justo antes de la salida del Santísimo Cristo de la Humildad, “Amarrado”. Todos los esfuerzos hechos para su recuperación han servido de poco debido al corte generacional producido en la familia que lo interpretaba.

Hijo mío muy amado,
ya quedo desamparada,
quedo huérfana y sin Hijo,
que haré yo sin tu compaña,
a la ciudad me retiro,
para llorar mis desgracias,
que en el mundo no habrá otra
Madre más desventurada,
ni mucho más afligida,
llena de angustias amargas,
porque ha perdido de vista
el sol y la luna clara.
Son tu rostro y tus mejillas,
que a los ángeles encanta.
Hijo para consolarme,
a hacerme visitas vayas.
Abre las puertas del Cielo,
que hacen días están cerradas.
Y que allí los Santos Padres,
te esperan con eficacia,
hasta que Tu del sepulcro
ya resucitado salgas,
que con tu Resurrección,
resucitarán las almas.

Pregón de “El Paso”
Mención especial merece el pregón de “El Paso”. Son diecisiete versos que se repiten.

Este pregón se interpreta, mientras las imágenes de Jesús Nazareno y su Madre, María Santísima de los Dolores, se encuentran, se acercan y se abrazan a las puertas del templo.

Todo el pueblo, unido a los cientos de curiosos que cada año nos acompañan, contemplan emocionados esta representación del “Eterno Abrazo” de Jesús y María en la Pasión.

Comienza el pregón con la Virgen arrodillada delante de Jesús, su Hijo. Más tarde María le habla tiernamente pidiéndole que le abrace. Jesús abre los brazos mientras que su Madre, sin tiempo que perder, se acerca para abrazarle. Durante el abrazo, el desconocido autor nos recuerda la sangre de Jesús derramada para redimir nuestras culpas.

Mientras se despiden, Jesús bendice a su Madre María y a todos los jabalquinteños hermanos suyos. Es preciso considerar que este pregón tiene melodía diferente al resto.


Ya está la Virgen María,
en el suelo arrodillada,
que le eche la bendición
el Redentor de las almas.
Mira si tu mal es fuerte,
mira que pena es la mía,
que te van a dar la muerte,
Cordero del alma mía.
Mi Dios y mi Redentor,
en quien espero y confío,
por tu Pasión Jesús mío,
abrázame con tu amor.
Abre querido esos brazos,
Hijo de mi corazón,
para que sirvan de lazo,
en esta amarga Pasión.
Qué bellamente se abrazan,
el Buen Jesús y su Madre,
parece que entre los dos,
están repartiendo el Cáliz.
Tiernamente se despiden,
el Buen Jesús y María,
Hijo de mi corazón,
que angustia y que fatiga,
que por redimir al mundo,
perdió en cuanto hombre la vida.
Ya entra Jesús en su casa,
echando la bendición,
a todo aquel que lo asista,
en esta amarga Pasión.
Ya entra Jesús en su casa,
que no quiere más vivir,
sólo quiere por el hombre,
reinar antes de morir.

domingo, 15 de febrero de 2009

LA LEYENDA DEL "ENCANTAO"


Antonio García Sanz

En plena Vega del Guadalquivir, en la ribera derecha según el curso del río y dentro del término municipal de Jabalquinto, se halla sostenida por el único cimiento del tiempo, una cueva morisca, aunque de origen romano, construida en piedra, que alberga en su interior un aljibe de idénticos rasgos.

Sabedores del conocimiento y dominio hidrográfico que los árabes poseían, cabe pensar, sin riesgo de equivocarse, que debió ser utilizada por nuestros antepasados y hermanos para regar las próximas y fértiles tierras circundantes.

Una higuera ancestral se erige, placentera, entre la maleza que abraza la cueva.

La única vía de acceso es una veredita estrecha e inclinada que nos conduce hasta su misma boca.

Como único testigo, un estrepitoso vacío entrerramado, que deja entrever el sereno discurrir de unas aguas sabedoras del largo camino que aún les queda por recorrer.

Un fino y corto hilo de agua cristalina se desliza, diligente, para unirse definitivamente a sus compañeras de viaje.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS



De este bello paraje, recubierto hoy de álamos y olivos, ayer de tierra polvorienta y espadas entrelazadas; daba cuenta el historiador local Mateo Francisco de Rivas, en su “Memoria Histórica sobre la villa de Jabalquinto”, allá por el año 1.797, de la siguiente manera:

“Existen en sus inmediaciones ciertos desmantelados terrenos de su fuerte y famoso castillo llamado Esclamel por la historia general de España, que mandó derribar con su antemuro y reductos el Santo Rey D. Fernando, sin que le quedase otra reliquia que la mina de comunicación murada de arquitectura Gótica, que conserva por bajo del río Guadalimar con la torre de Mengíbar”.

“De Ventosilla, no ha quedado más monumento que el que se reconoce por cima de la huerta de su título con nombre de Encantado, el qual se reduce a una concavidad repartida en diferentes piezas circulares o anfiteátricas de construcción romana, de donde se han sacado columnas bien pulimentadas, figurones de fuente y ciertas monedas de oro y plata del emperador Vitelio”.

Continua narrando el citado historiador:

“De estas medallas o monedas antiguas se han encontrado varias en este término, sin conocerse el sitio ni ser de interés, a excepción de ciertas arábigas de oro y plata sin estudiar, de que conservamos exemplares por raros y apreciables, y otra de igual mérito y última especie hallada en las ruinas de ossigi o Ventosilla del Emperador Aulo Vitelio Germánico, hijo de L. Vitelio, sucesor de M. Salvio Oton, año 69 de C.”



LA LEYENDA


Pervive aún en la frágil memoria de los viejos del lugar la siguiente leyenda:

Era mediodía, El bochorno apuntillaba la tierna espalda de Luis, Juan y Teresa, que aporreaban silenciosos el polvo del camino entre descampados y olivos.

Teresa, custodiada por sus hermanos, sostenía celosamente en la centenaria capacha, el magullado puchero que contenía un bullidor cocido preparado amorosamente por la madre.

Entre Tomás y sus hijos mediaban dos largos e inclinados kilómetros todavía.

El padre, en lontananza, inclinaba una y otra vez su cuerpo sudoroso sobre a amarillenta mies recién segada.

Luis, el más pequeño, se agachaba de cuando en cuando a recoger las piedras del camino mientras los sabios pajarillos silvestres huían de rama en rama adivinando sus intenciones.

Ya divisan Ventosilla. El pilar recibe, cariñoso, el abundante chorro de agua subterránea.

Teresa, diligente, deja reposar cuidadosamente la desventurada capacha sobre el verde prado circundante; entre tanto sus hermanos chapotean el agua con las manos, clavando los ojos en el horizonte.

- ¡ Padre ¡, grita Juan, el mediano.

Tomás, reposado, se incorpora torciendo tímidamente la mirada sobre sus hijos.

Los cuatro, juntos como tantas veces, se sientan sobre el borde del sembrado. Y Teresa presenta la ofrenda al padre que la acoge pleno de regocijo. Sus pupilas centellean por momentos, clavadas en el deleitoso manjar recién caído del cielo.

Poco a poco el fondo del puchero va ganando nitidez. Ya se escucha claramente la metálica melodía. Los niños, estatuados, no consiguen apartar la mirada de su padre.

El sustento apenas engullido, unido al calor ineludible hacen pesada la siega para Tomás; quien profundo conocedor de la proximidad del “Encantao”, invita gentilmente a sus hijos a acercarse para llenar la desnutrida botija.

Los niños inmutaron cuando al dar vista a la cueva descubrieron la presencia de una bella dama cuyas extremidades inferiores habían adoptado la asombrosa forma de un pez.

- ¡ Una sirena ¡, deletrea Teresa, la mayor de los hermanos.

Los tres huyeron desapoderadamente, sin mediar palabra, hacia el lugar donde esperaba impaciente el sediento padre.

Una vez a salvo contáronle lo ocurrido, notando que el recipiente se hallaba repleto de la insólita e insípida agua cristalina.