Cartel Semana Santa 2015
Autor: José Eleuterio González Soriano.
Antonio García Sanz
Sr.
alcalde, Sr. cura párroco, señores y señoras concejales, hermanos y hermanas
mayores de las distintas cofradías, hermandades y grupos parroquiales que
pertenecen a mi muy querida parroquia de la Encarnación, a la que pertenezco y
en la que sirvo desde mi más tierna infancia de distintas formas; cofrades,
amigos y amigas.
D.
Pedro López Lérida en calidad de Alcalde presidente del Excmo. ayuntamiento de
Jabalquinto junto con la Agrupación de cofradías y Hermandades pertenecientes a
nuestra parroquia, guiada, hoy, por Don Pedro Garrido, cura párroco, han
querido que sea yo, este año de 2015, quien anuncie esta celebración que debe
tener como objetivo último, contribuir al crecimiento y madurez de nuestra fe
en Cristo Resucitado.
Cada
año, desde hace varios, cuando la
cuaresma expira y se tienen ya los ojos, y los sentidos clavados en la Semana
Santa, desde este mismo lugar, se anuncia la misma por medio del pregón y presentación
del cartel anunciador, este año, dedicado muy especialmente al momento de la resurrección
y a la bella imagen que junto al sagrario nos recuerda que ¡Cristo vive!
Quiero
comenzar creando el ambiente adecuado con una presentación que a través de la
música y la imagen nos va a centrar en el tema del que trataremos seguidamente;
la resurrección.
La
música y la letra pertenecen a Gonzalo Mazarrasa, sin duda, el mejor compositor
de música católica de la actualidad. La canción de su CD, “A la otra orilla”,
lleva por título: “Me basta”. Las voces las ponen Ana Moya y Alfonso Puche, joven
sacerdote, que ejerce su pastoral en Madrid, aunque nacido en Bailén y que es
hijo de mi querida amiga Candy, compañera de profesión y de misión.
Las
imágenes, seleccionadas para la ocasión las he tomado de internet, en su
minoría, y de la exposición permanente que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús
Nazareno tiene en su Casa de Hermandad y que logramos reunir, clasificar y
digitalizar, siendo Hermano Mayor Vicente Juan Megías Moreno. El resto son de
mi propiedad, realizadas en las décadas de los setenta y los ochenta y alguna
mucho más reciente.
Espero
y deseo que todos disfrutemos. (Audiovisual)
¡Cristo ha resucitado!,
esta es la primera y gran verdad de nuestra fe.
Los apóstoles de Jesús comenzaron su predicación anunciando este hecho indiscutible: Jesús de Nazaret, el que caminaba por las calles de aldeas, pueblos y ciudades haciendo el bien, el que ayudaba, el que enseñaba, el que reía, el que lloraba, el que curaba y perdonaba, el que realizaba signos y prodigios, haciendo presente el Reino de Dios y que fue clavado en una cruz y sepultado, ha resucitado. Todo el mensaje apostólico giró en torno a esta gran noticia; hoy la Iglesia también centra su misión en Cristo resucitado. A partir de esta verdad incuestionable, se realiza la evangelización, desde hace dos mil años, hasta nuestros días.
Los apóstoles de Jesús comenzaron su predicación anunciando este hecho indiscutible: Jesús de Nazaret, el que caminaba por las calles de aldeas, pueblos y ciudades haciendo el bien, el que ayudaba, el que enseñaba, el que reía, el que lloraba, el que curaba y perdonaba, el que realizaba signos y prodigios, haciendo presente el Reino de Dios y que fue clavado en una cruz y sepultado, ha resucitado. Todo el mensaje apostólico giró en torno a esta gran noticia; hoy la Iglesia también centra su misión en Cristo resucitado. A partir de esta verdad incuestionable, se realiza la evangelización, desde hace dos mil años, hasta nuestros días.
La
resurrección de Jesús es el hecho más importante de toda la Historia de la
Salvación. Es una cuestión fundante, porque en ella está fundada nuestra fe y
fundamental porque sin Resurrección sería absurda, y no tendría razón de ser
esta fe. Dicho de otra forma, hoy no tendría ningún sentido que nosotros estuviéramos
aquí. Si Cristo no hubiera resucitado, la Iglesia no podría anunciar ninguna
Buena Noticia de salvación para nadie. San Pablo lo afirma rotundamente: "Si Cristo no ha resucitado,
nuestra predicación ya no tiene sentido. Pero no, Cristo resucitó de entre los
muertos…" (1Co 15, 14; 17; 20). La Resurrección de Jesús es una verdad,
a la que de ninguna manera debemos renunciar si nos llamamos cristianos.
En los santos evangelios se
describen varios "encuentros" de Jesús Resucitado con sus discípulos:
Jesús se
"deja ver", para que salgan de su incredulidad y de su desconcierto.
Este encuentro
afecta a la totalidad de sus personas: transforma el miedo en amor por el
evangelio; la ignorancia en sabiduría; la debilidad en fortaleza; la tristeza
en alegría. (Gal 1,23)
Les descubre
los enigmas de la fe: "se les abren los ojos" "ven y
creen".
Los distintos
encuentros siempre conducen a una llamada a la evangelización "Id y
decid", “Id y contad”, “Id y predicad, haciendo discípulos míos,
bautizándolos”; este es el encargo de Jesús contenido en los cuatro
evangelios, prueba inequívoca de su veracidad. (Mt 28, 18-20; Mc 16,15; Lc.
24,28; Jn. 20,21).
Ellos comprenden
que deben vivir diariamente con otro sentido y otra profundidad; el encuentro
con el Resucitado es una experiencia larga de vida que transforma a las
personas, a ellos y a nosotros. (2Cor 4,10).
También
dijo a Tomás: "Tu crees porque has visto. Felices los que creen sin haber
visto" (Jn. 20, 29) Estas palabras del Resucitado: "Felices
los que creen sin haber visto", nos señalan directamente a
nosotros, a los cristianos de hoy que nos seguimos encontrando con Cristo
Resucitado. Aunque no lo veamos con los ojos de la cara, los efectos que se
producen son exactamente los mismos: somos "felices", porque tenemos
la certeza de que creemos en alguien real y no en un fantasma o mago y porque
tenemos una esperanza diferente a quienes no creen.
NUESTRA
IMAGEN
Allí, sobre el
sagrario, donde Cristo vive, se halla la imagen que veneramos de nuestro Cristo
Resucitado, fue adquirida por don Salvador García Fernández hacia el año 1958,
siendo párroco don Miguel Peinado Martínez, por promesa que tenía hecha sobre
la recuperación de la salud de su hija Antonia García García, que se vio
afectada por una grave enfermedad cardiaca y hubo de ser intervenida en Madrid.
La adquirió, allí precisamente, en Madrid, en la misma casa taller de imaginería
religiosa, de la calle de la Cruz, donde apenas unos años antes se había
adquirido, por parte de un grupo de jóvenes de la parroquia, guiados por D.
Francisco Álvarez Martínez, cura párroco en aquel entonces, la bella imagen de “El
Amarrado a la columna” o “Cristo de la Humildad” como los jabalquinteños y
jabalquinteñas le denominamos desde hace
ya algún tiempo.
Llegó transportado
hasta el pueblo, vía ferrocarril, oculto en un gran cajón de madera que hasta
hace muy poco tiempo ha permanecido guardado en la casa, ahora, de mi querido
amigo Manuel Jiménez García, nieto de Don Salvador; él mismo, me contó con
entusiasmo y nostalgia como los trabajadores de su abuelo con un par de mulas
que tiraban de un carro, lo transportaron desde la estación hasta el pueblo. Nada más llegar fue presentado en la parroquia para la
donación, donde tras su bendición quedó expuesto a la feligresía para su
devoción y culto. Aún creo ver cada Domingo de Resurrección a D. Salvador
García, ya anciano, sentado entre las puertas de su casa, abiertas de par en
par, al paso del Resucitado, agradecido, como queriendo invitarle a pasar y
llenar su hogar y el de su familia de VIDA. Desde entonces hasta hoy, Cristo
Resucitado, sigue deteniéndose, agradecido, a la puerta de la que fuera su
casa.
La imagen realizada en
pasta de madera y escayola, representa a Cristo que ha vencido a la muerte tras
padecer y morir crucificado. En su mano derecha, prendido a la cruz, se halla el estandarte con el anagrama de
Cristo, apuntando hacia el cielo, victorioso. Sus ojos ahora como en la Cruz
miran a lo más alto, hacia el Padre, queriendo indicar a la humanidad entera
que lo que más importa no está aquí en la tierra, en lo mundano, sino en la
eternidad. Sus manos y sus pies muestran aún las huellas del dolor causado por
los clavos que le atravesaron, que hirieron de muerte su humanidad, su ser de
hombre. Ya, vencida la muerte, descendido de la cruz ante el dolor de la Madre,
María, y el discípulo que más amaba, ascendería, glorioso, cubierto
parcialmente con el sudario que le cubrió en el sepulcro, según la costumbre
judía.
Con anterioridad a la
actual imagen los jabalquinteños y jabalquinteñas de entonces pudieron venerar
otra de la que por suerte tenemos algún testimonio fotográfico y que fue
destruida en la guerra civil de 1936. Disponemos también, de documentación
histórica que atestigua su existencia y
veneración en nuestra parroquia y nuestro pueblo. El citado dato histórico que
lo confirma aparece en la nota marginal 114 de la publicación “Historia y
señorío de la villa de Jabalquinto” de Pedro A. Porras Arboledas basada en la
“Memoria histórica sobre Jabalquinto, reino de Jaén” que manuscribió el
benemérito de la patria, Mateo Francisco de Rivas y Soriano y que podemos leer
de tal manera: “En 1777 pleitean las cofradías de la Veracruz y la de Jesús
Nazareno por sacar la procesión del Resucitado”. Igualmente en el apéndice
documental número 422 de esta citada obra se puede leer que “el día 23 de
marzo de 1777 se celebra concordia entre las cofradías de la Veracruz y
Nuestro Padre Jesús Nazareno en relación con el derecho a sacar la procesión
del Resucitado, sobre lo cual habían mantenido diferencias en los últimos
años”.
Según he podido
contrastar con un amigo de la familia, D. Juan Carlos García Serrano, sacerdote
diocesano, experto en derecho canónico, estas concordias, para bien o para mal,
terminaban siempre de la misma manera, dando la razón a ambas partes. No es
casual, por tanto que por la herencia recibida de aquel entonces, actualmente,
sean las propias cofradías, hermandades o grupos parroquiales de nuestra
parroquia las que se encarguen de organizar su fiesta y procesionar la imagen
por las calles de nuestro pueblo, si bien hace varias décadas, como demuestran
las fotografías que en la presentación inicial hemos visto, y que se encuentran
expuestas en la Casa de Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, lo hiciera esta misma cofradía.
EL CARTEL GANADOR
José Eleuterio González
Soriano, artista local, hijo de Eleuterio González y Lucía Soriano, nace en
Jabalquinto el 21 de noviembre de 1971.
Terminada su E.G.B.
cursa estudios de formación profesional de segundo grado en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Jaén en la especialidad de Delineación
Artística.
Su deseo de permanente
formación le lleva a realizar numerosos cursos relacionados con el diseño gráfico y las artes.
Obtiene titulación de
Técnico en sistemas microinformáticos en la ciudad de Málaga en el año 2010,
ciudad en la que reside ocasionalmente.
Desde su niñez, se
sintió atraído por las artes plásticas comenzando a pintar de forma autodidacta
sobre cualquier tipo de superficie. Recuerdo haber visto, en mi juventud,
alguna de sus pinturas realizadas sobre
las paredes de este mismo edificio, que antes fuera su hogar.
Pepe, como
cariñosamente le llamamos sus conocidos y amigos, es un artista polifacético,
con un gran dominio y uso de las técnicas y formas del arte de la pintura.
Cualquier motivo de escenas cotidianas es digno, para él, de ser plasmado en un
lienzo: Un tren a su paso por una estación, unos bañistas en la playa, un árabe
tomando el té, el patio de su propia casa o la plaza del pueblo, cuadro, por
cierto, del que me enamoré nada más verlo y que con su permiso, como no podía
ser de otra manera, me atreví a imitar.
Domina a la perfección,
el retrato, dotándolo de un realismo inusual.
Ha expuesto sus
trabajos en varios espacios públicos de la vecina ciudad de Linares, en 1997 y
1998 y en otras galerías.
Con el paso del tiempo
y la llegada de las nuevas tecnologías se sintió atraído por el arte digital que
desarrolla del mismo modo, autodidacta.
En la actualidad,
aplicando las nuevas tecnologías a su excelsa creatividad e imaginación,
compone auténticas obras de arte mezclando elementos de la vida mundana con
personas anónimas, dotándolas de un colorido y equilibrio de formas que logran
introducirnos en otra realidad.
Su arte digital, que
practica casi a diario, es utilizado por el artista como medio de expresión; como
él mismo dice: “Me divierte y me hace feliz”.
Sus obras, presentadas
ocasionalmente a diversos concursos: Carteles de ferias famosas (Málaga, San
Agustín, etc.), carteles de publicidad y de Semana Santa, principalmente, han
obtenido siempre una excelente crítica por su diseño vanguardista, sin abandono
de lo clásico, y por su originalidad.
En esta ocasión, ha
sido su obra, la elegida, de entre todas las obras presentadas y que sin duda,
también habrían sido merecedoras de esta honrosa distinción.
Nos presenta a Cristo
Resucitado que emerge y asciende victorioso y glorioso desde la tierra, hoy Jabalquinto,
ayer Jerusalén, hacia el Padre.
La promesa de Dios en
su plan de salvación ha sido cumplida en Cristo Jesús, su Hijo.
El cielo se desgarra
contemplando su ascenso y se ilumina con la luz de la Resurrección, luz que ha
de guiar a la humanidad entera en su largo peregrinar hasta el día definitivo
del encuentro con Él.
El Resucitado, muestra
tomada por su mano derecha, la cruz, símbolo de la muerte que ha sido vencida
con la Resurrección; de ella pende el Crismón o representación del cristograma.
Bordadas en letras de oro la “Chi” y la “Rho” primeras letras griegas del
nombre de Cristo.
Él en su ascensión,
clavada su mirada en lo más alto, nos manifiesta la esperanza que hemos de
tener de que un día resucitaremos también.
“A quién buscáis, a
Jesús el Nazareno, no está aquí, ha resucitado como había dicho” (Mt.28, 6).
¡Abramos las puertas al
que resucitó y vive entre nosotros!
¡Abramos el corazón a
la VIDA!
Ya para terminar y a la
luz de esta esperanza sólo me queda desearos una feliz Semana Santa y una
gozosa Pascua de Resurrección.
Gracias por vuestra
acogida, por vuestro cariño y por vuestra paciencia.
Buenas noches.
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