miércoles, 16 de abril de 2025


 

HOY ES MIÉRCOLES SANTO

En el artículo sobre “Asuntos Religiosos” que el historiador local, Mateo Francisco de Rivas y Soriano trata en su “Memoria Histórica sobre Jabalquinto, Reino de Jaén”, podemos leer que la Cofradía de la Veracruz fue reformada en 1.777 y que “Tiene la misma, jubileo el día de la Exaltación de la Santa Cruz, en que se hace función magnífica, con comunión general, procesión y festejos”.

En dos ocasiones, por tanto, la Veracruz, efigie de Cristo Crucificado, recorría las calles del núcleo urbano en procesión; el primer día, el Jueves Santo y el segundo, cada 14 de septiembre. Así venía ocurriendo, al menos desde 1.777, con algún paréntesis histórico ocasionado por diversos motivos.

Desde 1.939, y hasta la donación en 1942, de una nueva imagen hecha a la parroquia por el matrimonio de D. Sebastián Arboledas Soriano y Dña. Ana Cabrera Martínez, se celebraría la procesión únicamente con la cruz.

La nueva imagen fue encargada en Valencia y sólo conocemos de boca de los familiares del matrimonio, que viven en la actualidad, que su autor era un excelente artista y que se entregaba a sus obras con sabiduría y maestría, sin levantar su cabeza de ellas. En otro momento profundizaremos en ello.

A finales de los años cincuenta o inicio de los sesenta, dejó de procesionar, la bellísima imagen por las calles del pueblo, coincidiendo con la llegada de otra nueva, venerada hoy con el nombre de “Santo Sepulcro” y conocida por todos como “Santo Entierro” y que lo hace el Viernes Santo, de la cual trataremos próximamente.

Entre 1975 y 1981, la Parroquia de la Encarnación, de nuestra localidad estuvo servida por D. Francisco Ortega Pulido, misionero y jesuita, de avanzada edad pero dedicado a ella en plenitud. En su tiempo, entre otros logros, y rodeado de un nutrido grupo de jóvenes, organizó un multitudinario viacrucis que recorría en silencio, cada Martes Santo, con la única luz que aportaban las velas, las distintas calles de la localidad. El solitario madero que antaño acogiera el cuerpo de Jesucristo crucificado sería portado a hombros de la juventud mientras que la imagen presidía el Altar.

En 1981 es nombrado párroco D. Francisco de Paula Agüera Zamora, quien se entregó mucho y bien a la pastoral de la juventud. Fruto de su celo y dedicación surgió un grupo del que nace la idea de volver a sacar en procesión la bellísima imagen de Cristo Crucificado, al que se le comenzó a llamar Cristo de la Expiración, tal y como hoy se conoce. Aunque sufriendo distintas reformas, en lo referente a su paso, actualmente realiza su estación de penitencia cada Miércoles Santo junto a la imagen de la antigua Soledad, ahora bajo la advocación de María Santísima del Dulce Nombre del Carmen en su Amargura y San Juan Evangelista, formando un monumental grupo escultórico.

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